EL MARMAKUKO SE AGAZAPA Y SE PREPARA A ATACAR... SALTA Y... SE PEGA EN LA CABEZA CON LA CAMA

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30-05-2015

Aún queda historia


L
a sociedad se mueve nuevamente, o mejor dicho se sigue moviendo pero ya no hay quien lo pueda seguir negando, al menos de manera que no evidencie intereses creados para hacerlo, ya no es posible para nadie seguir afirmando que hemos llegado al pináculo del desarrollo social y que de acá en más solo queda el tecnológico, en otras palabras, Fukuyama ya no puede ser parte de una explicación responsable de la sociedad, ya hemos superado el fin de la historia. Y aunque fuera entendible desde el punto de vista de un paradigma en su apogeo, bastaba con un ligero vistazo a la historia de la humanidad para comprender que era esta una opinión, que no solo no era nueva, sino que repetidamente había fallado en predecir el futuro. En cada etapa de la sociedad que podamos distinguir ahora, se pensó que estábamos en la cúspide del desarrollo, y luego las cosas cambiaron.
El escenario de la globalización como proceso fue rápidamente elevado a nivel de discurso a una realidad consumada, y todos escuchamos desde hace varios años que vivimos en un mundo globalizado, y todos entendíamos el mensaje, el mundo camina junto, y desde el punto de vista de las sociedades menos desarrolladas, las diferencias consisten solo en las velocidades y la distancia recorrida. Esto era cierto hace veinte años, así como era cierto que era democrático que participaran solos los hombres atenienses propietarios en la Grecia antigua, pero simplemente no es posible mantener ninguna de estas afirmaciones en la actualidad, así como con respecto a la democracia ateniense, los parámetros en que entendemos la globalización ya no son los mismos, y no es que deliberadamente la manera en que se tomara el concepto fuera acotado, sino el sentido común de la época construía un escenario donde el mundo estaba constituido básicamente por las democracias occidentales y donde la oposición a tal orden solo correspondía a un outsider, un enemigo a partir del cual en gran medida justificaba el orden mundial ¿Cómo podía ser de otra forma? Recién en las década de los noventa se acababa la guerra fría y con el triunfo definitivo del bloque occidental, su sistema político se convertía en EL sistema político.
De la misma manera en que ha cambiado lo que entendemos por democracia, ahora se nos presenta como evidente que el mundo es más amplio que las democracias occidentales, y si bien es tentador establecer como punto de partida el derribo de las torres gemelas atribuido a la resistencia anti occidental que representa Al Qaeda, simplemente era inevitable una apertura de la naturaleza que estamos discutiendo, siendo uno de los factores más relevantes de este fenómeno el surgimiento de china como potencia económica por fuera del bloque occidental ¿cómo podría haber explicado esto Fukuyama?
Esto solo podría ser suficiente para justificar la afirmación sobre la dinámica social con la cual comenzamos este artículo, pero estaríamos dejando afuera uno de los aspecto, tal vez, más interesante para que esto sea posible, aquellos con respecto a los mismos procesos internos de las democracias occidentales a las cuales hiciéramos referencia en un primer lugar, de manera categórica podemos afirmar hoy que las respuestas antes dadas para garantizar el orden y funcionamiento de las mismas ya no son adecuados para satisfacer esta garantía, es decir, ya al nivel del antiguo mundo global al que hacíamos referencia, ya no es posible afirmar que se logró establecer un ordenamiento definitivo, las democracias exigen un dinamismo que las lleve a establecer nuevas respuestas a las problemáticas que siguen presentándose.
En la sociedad del fin de la historia, el debate político quedaba obsoleto, las respuestas desde la política no eran ya necesarias, puesto que ya había un ganador claro, la economía como disciplina se erigía como el ente más adecuado para resolver las problemáticas sociales, los expertos de un sistema hegemónico donde la política se reduciría a establecer quienes manejaran mejor los recursos y donde la discusión política seria desdeñada como ideológica, mientras las decisiones técnicas que se mostraban como las soluciones que correspondían a una realidad establecida, fuera de discusión, una “naturaleza” social. Como consecuencia de este escenario vemos como a nivel mundial las distintas democracias se reducen al enfrentamiento de bloques políticos ¿Por qué sería de otra forma si la discusión política se torna nimia? Las diferencias de posturas entre partidos políticos de derecha eran casi inexistentes en este marco, por lo cual su emergencia como bloque parecía natural y la izquierda, con diferencias un poco más marcadas pero sin un marco que favoreciera sus postulados históricos, se une también como una manera de contrarrestar esta realidad electoral. El ejemplo más longevo de la política de bloques en este contexto es el norteamericano, pero también tenemos ejemplo de esto en casi todas las democracias, incluyendo la chilena, en la que si bien se explica la formación de bloques a partir de la necesidad de acabar con la dictadura, no lo hace con la permanencia del bloque en el tiempo.
En la actualidad ya no es suficiente la explicación técnica, a la luz de los acontecimientos dentro de las democracias, podemos ver como cada vez más intensamente surgen demandas que superan las posibilidades que la disciplina económica sola pueda satisfacer, nuevamente surge el imperativo de nuevas respuestas políticas a requerimientos sociales. En este contexto, es imposible no verificar en la realidad que la hegemonía teórica que nos permitía ver al mundo globalizado como un solo bloque ya no existe, han surgido una diversidad de movimientos sociales que dan cuenta de esta necesidad de nuevas respuestas, ante lo cual solo podemos esperar que el sistema político de estas democracias vuelva a dar respuestas políticas diversas para las diversas problemáticas que surjan puesto que, el mundo social, sigue en movimiento.



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